jueves, 28 de junio de 2018

Adios Ansiedad Libro PDF David D. Burns

Dos terceras partes de los lectores de "Sentirse bien", el anterior best-séller del doctor Burns, experimentaron un alivio extraordinario en apenas cuatro semanas. Y a los tres años, no habían sufrido recaída alguna y seguían disfrutando del lado positivo de la vida.

Este nuevo libro es otra poderosa herramienta que el doctor Burns pone al alcance de quienes sufren. Todo el mundo sabe lo que es sentirse angustiado, preocupado, nervioso, asustado, tenso o lleno de pánico. Con frecuencia, la ansiedad no es más que una molestia, pero a veces puede llegar a incapacitarnos e impedirnos hacer lo que queremos. La buena noticia es que se puede cambiar este círculo tóxico. Las estrategias y pautas que David D. Burns presenta en este libro, sin fármacos ni drogas, se han desarrollado para curar la depresión y todos los tipos concebibles de ansiedad logrando una plena recuperación del paciente.

¡Es posible vencer el miedo sin medicamentos y sin largas terapias!. Sólo hace falta un poco de valor, sentido común, y los consejos de la psicología cognitiva que se explican en este libro.

Curso gratis de Oratoria dictado por UAB

Este curso esta dictado por la Universidad Autónoma de Barcelona 


La UAB ha situado en el lugar 147 en la edición de este año (2017-2018) del Times Higher Education World University Ranking. El curso 2016-2017, ocupaba el 163. La universidad gana posiciones en aspectos como citaciones, internacionalización o docencia.


DESCRIPCION:
Cada día es más importante hablar bien en público. La mejor oratoria es la que permite al orador conseguir los objetivos que se había planteado. Contrariamente a la creencia común, la necesidad de una buena oratoria no es exclusiva de ciertos grupos profesionales, sino que todas las personas deberían superar el miedo escénico y hablar bien en público. ¿El motivo? Poder trasladar de manera eficiente el mensaje deseado, ya sea para fines laborales (exponer proyectos laborales, convencer ante foros, asambleas o parlamentos, comunicar mejor con clientes, aumentar el grado de persuasión), como personales (exponer proyectos personales, mejorar la comunicación con las personas). El orador se hace, no nace. En este curso adquirirás recursos para hablar bien y conseguir, a través de la palabra, los objetivos planteados. Te invitamos a descubrirlo con nosotros.

QUIENES PUEDEN APROVECHAR ESTE CURSO:
* Profesionales, docentes y estudiantes que desean hablar bien en público y trasladar eficientemente el mensaje deseado; * personas con miedo escénico y a hablar en público; * estudiosos e interesados en la comunicación en general y en la verbal en particular; * personas con actividad política, sindicalista, universitaria, en asociaciones, ONGs y organizaciones diversas que deben hablar y convencer ante foros, asambleas y parlamentos; * empresarios, directivos y ejecutivos, mandos medios que deben exponer sus proyectos ante consejos de dirección, comités de inversiones o de compras; * profesionales diversos que desean comunicar mejor con sus clientes, con sus trabajadores, con sus socios, con sus proveedores, sus directivos y con la sociedad en general; * profesionales del derecho que desean mejorar su capacidad de persuasión; * profesionales de la comercialización y venta para lograr ser más efectivos en sus mensajes e incrementar su poder de convicción.

Cómo registrarse en el curso de Oratoria

El proceso de inscripción es muy sencillo:

Paso 01: Ingresa a la página oficial del curso de la UAB: clic aqui

Paso 02: Una vez dentro de la página podemos leer al detalle la información del curso: contenido, fecha de inicio, profesores y otros datos. Si estás decidido(a) a matricularte debes hacer clic en el botón "Inscribirse".

Paso 03: En seguida aparecerá una ventana emergente con un formulario  de registro que debes completar con tus datos personales. Asegúrate de responder todas las preguntas y elige si deseas obtener un certificado o no al finalizar el curso (este beneficio sí tiene un costo).



PROGRAMA
SEMANA 1
Presentación
Cómo hablar bien en público
SEMANA 2
El emisor u orador
SEMANA 3
El receptor o la audiencia 
SEMANA 4
El mensaje o el discurso
SEMANA 5
El canal o medio y las circunstancias

La verdad y la mentira (leyenda)

"Cuenta la leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron.
-Buen día. Dijo la mentira.
-Buenos días. Contestó la verdad.
-Hermoso día. Dijo la mentira.
Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era.
-Hermoso día. Dijo entonces la verdad.
-Aún más hermoso está el lago. Dijo la mentira.
Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo... -El agua está aún más hermosa. Nademos.
La verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la mentira.
Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas.
Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aún hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo."
Algún día la verdad saldrá del pozo para fustigar a los mentirosos.


La verdad saliendo del pozo/ Jean-Léon Gerôme. 1896

jueves, 24 de julio de 2014

El Gigante Egoista

Cada tarde, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del Gigante. Era un jardín amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave. Por aquí y por allá, entre la hierba, se abrían flores luminosas como estrellas, y había doce albaricoqueros que durante la primavera se cubrían con delicadas flores color rosa y nácar, y al llegar el otoño se cargaban de ricos frutos aterciopelados. Los pájaros se demoraban en el ramaje de los árboles, y cantaban con tanta dulzura que los niños dejaban de jugar para escuchar sus trinos.

-¡Qué felices somos aquí! -se decían unos a otros.
Pero un día el Gigante regresó. Había ido de visita donde su amigo el Ogro de Cornish, y se había quedado con él durante los últimos siete años. Durante ese tiempo ya se habían dicho todo lo que se tenían que decir, pues su conversación era limitada, y el Gigante sintió el deseo de volver a su mansión. Al llegar, lo primero que vio fue a los niños jugando en el jardín.
-¿Qué hacen aquí? -surgió con su voz retumbante.
Los niños escaparon corriendo en desbandada.
-Este jardín es mío. Es mi jardín propio -dijo el Gigante-; todo el mundo debe entender eso y no dejaré que nadie se meta a jugar aquí.

Y, de inmediato, alzó una pared muy alta, y en la puerta puso un cartel que decía:
ENTRADA ESTRICTAMENTE PROHIBIDA
BAJO LAS PENAS CONSIGUIENTES
Era un Gigante egoísta...

Los pobres niños se quedaron sin tener dónde jugar. Hicieron la prueba de ir a jugar en la carretera, pero estaba llena de polvo, estaba plagada de pedruscos, y no les gustó. A menudo rondaban alrededor del muro que ocultaba el jardín del Gigante y recordaban nostálgicamente lo que había detrás.

-¡Qué dichosos éramos allí! -se decían unos a otros.

Cuando la primavera volvió, toda la comarca se pobló de pájaros y flores. Sin embargo, en el jardín del Gigante Egoísta permanecía el invierno todavía. Como no había niños, los pájaros no cantaban y los árboles se olvidaron de florecer. Solo una vez una lindísima flor se asomó entre la hierba, pero apenas vio el cartel, se sintió tan triste por los niños que volvió a meterse bajo tierra y volvió a quedarse dormida.
Los únicos que ahí se sentían a gusto eran la Nieve y la Escarcha.
-La primavera se olvidó de este jardín -se dijeron-, así que nos quedaremos aquí todo el resto del año.
La Nieve cubrió la tierra con su gran manto blanco y la Escarcha cubrió de plata los árboles. Y en seguida invitaron a su triste amigo el Viento del Norte para que pasara con ellos el resto de la temporada. Y llegó el Viento del Norte. Venía envuelto en pieles y anduvo rugiendo por el jardín durante todo el día, desganchando las plantas y derribando las chimeneas.
-¡Qué lugar más agradable! -dijo-. Tenemos que decirle al Granizo que venga a estar con nosotros también.
Y vino el Granizo también. Todos los días se pasaba tres horas tamborileando en los tejados de la mansión, hasta que rompió la mayor parte de las tejas. Después se ponía a dar vueltas alrededor, corriendo lo más rápido que podía. Se vestía de gris y su aliento era como el hielo.

-No entiendo por qué la primavera se demora tanto en llegar aquí -decía el Gigante Egoísta cuando se asomaba a la ventana y veía su jardín cubierto de gris y blanco-, espero que pronto cambie el tiempo.
Pero la primavera no llegó nunca, ni tampoco el verano. El otoño dio frutos dorados en todos los jardines, pero al jardín del Gigante no le dio ninguno.
-Es un gigante demasiado egoísta -decían los frutales.
De esta manera, el jardín del Gigante quedó para siempre sumido en el invierno, y el Viento del Norte y el Granizo y la Escarcha y la Nieve bailoteaban lúgubremente entre los árboles.

Una mañana, el Gigante estaba en la cama todavía cuando oyó que una música muy hermosa llegaba desde afuera. Sonaba tan dulce en sus oídos, que pensó que tenía que ser el rey de los elfos que pasaba por allí. En realidad, era solo un jilguerito que estaba cantando frente a su ventana, pero hacía tanto tiempo que el Gigante no escuchaba cantar ni un pájaro en su jardín, que le pareció escuchar la música más bella del mundo. Entonces el Granizo detuvo su danza, y el Viento del Norte dejó de rugir y un perfume delicioso penetró por entre las persianas abiertas.
-¡Qué bueno! Parece que al fin llegó la primavera -dijo el Gigante, y saltó de la cama para correr a la ventana.
¿Y qué es lo que vio?

Ante sus ojos había un espectáculo maravilloso. A través de una brecha del muro habían entrado los niños, y se habían trepado a los árboles. En cada árbol había un niño, y los árboles estaban tan felices de tenerlos nuevamente con ellos, que se habían cubierto de flores y balanceaban suavemente sus ramas sobre sus cabecitas infantiles. Los pájaros revoloteaban cantando alrededor de ellos, y los pequeños reían. Era realmente un espectáculo muy bello. Solo en un rincón el invierno reinaba. Era el rincón más apartado del jardín y en él se encontraba un niñito. Pero era tan pequeñín que no lograba alcanzar a las ramas del árbol, y el niño daba vueltas alrededor del viejo tronco llorando amargamente. El pobre árbol estaba todavía completamente cubierto de escarcha y nieve, y el Viento del Norte soplaba y rugía sobre él, sacudiéndole las ramas que parecían a punto de quebrarse.
-¡Sube a mí, niñito! -decía el árbol, inclinando sus ramas todo lo que podía. Pero el niño era demasiado pequeño.
El Gigante sintió que el corazón se le derretía.
-¡Cuán egoísta he sido! -exclamó-. Ahora sé por qué la primavera no quería venir hasta aquí. Subiré a ese pobre niñito al árbol y después voy a botar el muro. Desde hoy mi jardín será para siempre un lugar de juegos para los niños.
Estaba de veras arrepentido por lo que había hecho.
Bajó entonces la escalera, abrió cautelosamente la puerta de la casa y entró en el jardín. Pero en cuanto lo vieron los niños se aterrorizaron, salieron a escape y el jardín quedó en invierno otra vez. Solo aquel pequeñín del rincón más alejado no escapó, porque tenía los ojos tan llenos de lágrimas que no vio venir al Gigante. Entonces el Gigante se le acercó por detrás, lo tomó gentilmente entre sus manos y lo subió al árbol. Y el árbol floreció de repente, y los pájaros vinieron a cantar en sus ramas, y el niño abrazó el cuello del Gigante y lo besó. Y los otros niños, cuando vieron que el Gigante ya no era malo, volvieron corriendo alegremente. Con ellos la primavera regresó al jardín.
-Desde ahora el jardín será para ustedes, hijos míos -dijo el Gigante, y tomando un hacha enorme, echó abajo el muro.

Al mediodía, cuando la gente se dirigía al mercado, todos pudieron ver al Gigante jugando con los niños en el jardín más hermoso que habían visto jamás.
Estuvieron allí jugando todo el día, y al llegar la noche los niños fueron a despedirse del Gigante.
-Pero, ¿dónde está el más pequeñito? -preguntó el Gigante-, ¿ese niño que subí al árbol del rincón?
El Gigante lo quería más que a los otros, porque el pequeño le había dado un beso.
-No lo sabemos -respondieron los niños-, se marchó solito.
-Díganle que vuelva mañana -dijo el Gigante.
Pero los niños contestaron que no sabían dónde vivía y que nunca lo habían visto antes. Y el Gigante se quedó muy triste.
Todas las tardes al salir de la escuela los niños iban a jugar con el Gigante. Pero al más chiquito, a ese que el Gigante más quería, no lo volvieron a ver nunca más. El Gigante era muy bueno con todos los niños pero echaba de menos a su primer amiguito y muy a menudo se acordaba de él.
-¡Cómo me gustaría volverlo a ver! -repetía.

Fueron pasando los años, y el Gigante se puso viejo y sus fuerzas se debilitaron. Ya no podía jugar; pero, sentado en un enorme sillón, miraba jugar a los niños y admiraba su jardín.
-Tengo muchas flores hermosas -se decía-, pero los niños son las flores más hermosas de todas.

Una mañana de invierno, miró por la ventana mientras se vestía. Ya no odiaba el invierno pues sabía que el invierno era simplemente la primavera dormida, y que las flores estaban descansando.
Sin embargo, de pronto se restregó los ojos, maravillado, y miró, miró…
Era realmente maravilloso lo que estaba viendo. En el rincón más lejano del jardín había un árbol cubierto por completo de flores blancas. Todas sus ramas eran doradas, y de ellas colgaban frutos de plata. Debajo del árbol estaba parado el pequeñito a quien tanto había echado de menos.
Lleno de alegría el Gigante bajó corriendo las escaleras y entró en el jardín. Pero cuando llegó junto al niño su rostro enrojeció de ira y dijo:
-¿Quién se ha atrevido a hacerte daño?
Porque en la palma de las manos del niño había huellas de clavos, y también había huellas de clavos en sus pies.
-¿Pero, quién se atrevió a herirte? -gritó el Gigante-. Dímelo, para tomar la espada y matarlo.
-¡No! -respondió el niño-. Estas son las heridas del Amor.
-¿Quién eres tú, mi pequeño niñito? -preguntó el Gigante, y un extraño temor lo invadió, y cayó de rodillas ante el pequeño.
Entonces el niño sonrió al Gigante, y le dijo:
-Una vez tú me dejaste jugar en tu jardín; hoy jugarás conmigo en el jardín mío, que es el Paraíso.
Y cuando los niños llegaron esa tarde encontraron al Gigante muerto debajo del árbol. Parecía dormir, y estaba entero cubierto de flores blancas.
FIN

"The Selfish Giant",
The Happy Prince and Other Tales
, 1888
Oscar Wilde

jueves, 10 de julio de 2014

Estar Juntos por los Hijos.

De todas las motivaciones que una persona puede tener para quedarse en una relación conflictiva, la más común es “por mis hijos”. Pero, ¿es lo correcto? Antes de tomar esa decisión se deben tomar en cuenta algunos puntos:

Solo padres felices pueden criar hijos felices: 
Al igual que un adulto “siente” el ambiente pesado y la incomodidad cuando dos personas están disgustadas, así los niños, incluso los más pequeños, se estresan al vivir en un ambiente conflictivo. No es necesario que vean gritos y pleitos para darse cuenta que sus padres se están llevando mal. Pero es peor si además, los ven.

Los hijos no hacen de grandes lo que sus padres les dijeron, sino lo que su ejemplo les enseña: 

Entonces la pregunta es ¿Qué ejemplo le estoy dando yo a mis hijos, a mis hijas? ¿Cómo me sentiría si ellas o ellos actuaran como yo estoy actuando? ¿Quiero que ellas o ellos repitan mi historia y vivan lo que yo estoy viviendo? Si esto no es lo que quiero, entonces tengo que cambiar el ejemplo que estoy dándoles.

Los hijos llenan muchos de los vacios que tienen las relaciones: 
Nos dan temas de conversación, algo en que enfocarnos. Pero los hijos, tarde o temprano se van a hacer su vida. Entonces, es útil plantearse el panorama de una vida que más pronto que tarde llega: la vida sin hijos. Cuando estemos sólo mi pareja y yo, ¿de qué voy a hablar con éste ciudadano? ¿qué vamos a compartir? ¿cómo será nuestra vida? Con esto hago mi foto y me pregunto, ¿Esto es lo que quiero para mi vida? Si esto no es lo que quiero, entonces ¿qué he de dejar de hacer? ¿en vez de eso, que he de empezar a hacer? Sólo tomando en cuenta estos puntos, puedo tomar las mejores decisiones para mí y los demás.

Ahora bien, muchas personas que ya han tomado la decisión, se arrepienten una vez ven el sufrimiento de sus hijos: “Extraña a su papá” o “Es muy pegado con su papá”. Es importante notar que hasta las personas con parejas violentas extrañan, aunque sea un poco, a su pareja. Este “extrañar” se da porque los seres humanos rápidamente nos apegamos a todos lo que nos rodea. Si se nos pierde una pieza de ropa, la extrañamos cuando no la vemos. Es importante aclarar que ese “extrañar” que nos hace sufrir no tiene nada que ver con la otra persona per se, sino con nuestro apego. En el caso específico de los hijos, está adicionalmente la pérdida de lo que el padre representa a nivel cultural: soporte económico, protección, la cabeza de la familia. Si a nivel práctico la persona cumplió con éste papel o no, eso es irrelevante, porque la palabra “padre” ya viene cargada culturalmente por sí sola. También se pierde la idea tradicional de familia (papá+mamá+hijitos+el perrito+la casita con la cerca blanca). El niño llora esa pérdida, es normal y debe respetarse. En este momento es importante hacer la distinción entre el ”bien a corto plazo” y el ”bien a largo plazo”. Si vuelvo, las cosas serán igual y aunque el niño dejará de “extrañar” a su papá como lo extraña ahora, a largo plazo las consecuencias pueden ser más dolorosas que “extrañar”. Si vuelven y sólo se repite el ciclo, sólo se alargará el sufrimiento de todos.

Por eso, no debe tomar la decisión movida por una pelea o una explosión emocional. Sino estar verdaderamente convencida de que lo que está haciendo es lo mejor para todos los involucrados. Sólo así podrá tomar la mejor decisión y, más importante aún, sostenerla en el tiempo.

Pero lo primero que uno debe intentar hasta agotar todas las opciones es:

Doblegar el orgullo, y buscar la restauración de la relación.

Si por algo esa relacion se dió, se debe buscar como valorar todo lo bueno antes de dar por todo por perdido.

Entender que en una nueva relación siempre habran conflictos y si no se madura, entonces siempre se volvera a tropezar. Asi que lo mejor es madurar, ceder y trabajar por arreglar esto.

Buscar ayuda externa que sirva como arbitro cuando ninguna de las partes quiere ceder la razón.

Abrazos fraternos.


Construyamos Paz

JM.

jueves, 29 de mayo de 2014

UN POCO DE INFORMACION SOBRE GRASAS TRANS

A lo mejor untas tus tostadas del desayuno con margarina pensando que es más saludable. Pero las cosas no son tan sencillas.
Este va a ser largo.
Durante varios años la margarina se ha vendido como la alternativa saludable a la mantequilla. buscando una manera de ir en contra de las grasas, una moda nutricional que empezó en EEUU y que aún dura. La mantequilla era el demonio, y la margarina era “ligera”.
En realidad, la cantidad de grasa en una y otra es la misma: el 80% en peso, más o menos. El problema era la calidad de la grasa. La mantequilla tiene grasa saturada, que aumenta el colesterol en sangre. La margarina contiene grasa trans, que con el tiempo demostró ser mucho peor. Para explicar todo este lío, hagamos un poco de historia.
La margarina no es un invento nuevo, se patentó en 1869 en Francia, a partir de un encargo del emperador Napoleón III para conseguir una alternativa barata a la mantequilla. Era barata porque se obtenía de aceites vegetales.
Los aceites vegetales son abundantes y baratos, sobre todo las variedades tropicales como el aceite de palma. Pero a temperatura ambiente son líquidos. Para endurecerlos se utiliza un proceso llamado hidrogenación, que convierte el aceite líquido en una pasta parecida a la mantequilla.
Los aceites están formados por ácidos grasos, cadenas largas de átomos de carbono unidos entre sí como abalorios en un collar. A cada carbono en la cadena le sobran dos enlaces, que pueden unirse a otros dos átomos de hidrógeno. Si todos los carbonos tienen dos hidrógenos, el ácido graso es saturado, y es sólido a temperatura ambiente. La mantequilla contiene sobre todo ácidos grasos saturados.
Por el contrario, si algunos átomos de carbono se unen con enlaces dobles, los ácidos grasos son insaturados, como los aceites. Si pasan por ahí átomos de hidrógeno, ayudados por temperatura y un catalizador de níquel, los átomos de carbono pueden romper el enlace doble y unirse al hidrógeno. Así se “saturan”. Y así se fabrica la margarina.
El problema es que en este proceso los átomos de hidrógeno se colocan mal. En lugar de ponerse a un mismo lado de la cadena, se ponen en lados opuestos, y la cadena queda retorcida. Esto es un ácido graso trans, y se da muy poco en la naturaleza.
Los efectos de los ácidos grasos trans se han podido estudiar en los últimos años:
  • Las grasas trans no solo aumentan el colesterol “malo” LDL, como las grasas saturadas, sino que además hacen disminuir el colesterol “bueno” HDL.
  • Los ácidos grasos son imprescindibles para nuestro metabolismo, y forman la membrana de nuestras células. Se sospecha, aunque aún no está demostrado, que los ácidos grasos trans entran a formar parte de la membrana, y al estar “retorcidos”, debilitan su estructura.
  • Aunque es difícil separar los efectos de las grasas trans de los de otros alimentos perjudiciales, como el azúcar, parece que las grasas trans pueden estar relacionadas con el Alzheimer, obesidad, diabetes, cáncer y fallos hepáticos.
No es de extrañar que en países como Noruega las grasas trans estén prohibidas, y que cada vez más alimentos estén poniendo la etiqueta de “no contiene grasas trans”. En España, la cadena de supermercados Eroski las ha eliminado de sus productos de marca blanca.
Las llamadas margarinas de nueva generación eliminan las grasas trans usando una mezcla de grasa vegetal totalmente hidrogenada (saturada) y aceite. Sin embargo, la margarina corriente, si no indica lo contrario, contiene grasa trans.
Aunque elimines la margarina, la grasa trans está por todas partes. Los bollos, madalenas, pastelitos y el resto de la bollería industrial suele ser una mezcla de grasa trans, azúcar y harina refinada a partes iguales. Es un veneno lento. ¿El relleno blanco de las galletas Oreo? Grasa trans y azúcar. ¿Pizzas y canelones congelados? ¿Pastillas de caldo? ¿Galletas? ¿Turrón? ¿Nocilla? Lee la etiqueta, y donde ponga grasa vegetal parcialmente hidrogenada, o lo que es peor, grasa vegetal a secas, tú debes leer grasa trans.
Y si tienes curiosidad, pregunta en la pastelería si los croissants los hacen con mantequilla o margarina. Si son baratos, no tendrás ni siquiera necesidad de preguntar.
La conclusión es que si quieres grasa saludable, te pases al aceite de oliva, y siempre en pequeñas cantidades, porque sigue siendo grasa, y engorda.Pero si tienes que elegir entre mantequilla y margarina, mucho mejor la mantequilla.